Es posible que las potencias mundiales, antes y después de la Primera y Segunda Guerra Mundial, hayan quedado satisfechas con la solución bélica y pacífica del Medio Oriente centrada en la garantía histórica del Estado de Israel y sus vecinos árabes. Los conflictos después de la creación del estado en 1948, la crisis del Canal de Suez en 1956, la Guerra de los Seis Días en 1967 y la de Yom Kippur en 1973 pudieron haber concluido el capítulo bélico, incluida la Conferencia de Oslo el 13 de septiembre de 1993. Sin embargo, una pequeña franja en la frontera de Israel con el mundo islámico, conocida como la Franja de Gaza, acaba de declarar al mundo que la situación está como al comienzo del siglo XX.
Es necesario recurrir al éxito de taquilla de la película que lleva el título que antecede para elucubrar sobre la situación del país el próximo lunes después de las elecciones para presidente/a de la República. Aprovechando la circunstancia de que solo hay dos opciones, es necesario aventurar pronósticos sin que el orden sea el que prevalezca en las urnas.
Desde un punto de vista funcional, se justifica sacar de contexto una histórica frase del expresidente chileno Patricio Aylwin. La versión original fue expresada para resumir la tarea gubernamental cuando comenzó su mandato y tenía que enfrentar la dolorosa tarea de administrar el peso histórico de los desaparecidos a causa del terror de la dictadura.
En una democracia formal, la segunda vuelta es un sistema que busca depurar la voluntad de los sufragantes entre las dos mejores opciones electorales que clasificaron en la primera ronda. Sin embargo, la última experiencia en el Ecuador es negativa por varios factores.