LA CAMPAÑA NO ANTICIPA UN BUEN GOBIERNO
El desorbitante número de candidatos presidenciales, sin partidos en su gran mayoría y carentes de programas posibles para el nuevo ejercicio gubernamental, constituye una gran amenaza para la estabilidad democrática del país.
En una primera etapa, luego del retorno a la democracia en 1979, existían partidos políticos con bases o sustentos ideológicos como lo fueron las diferentes ramas del partido Socialista, el partido Comunista, la Izquierda Democrática y la Democracia Popular. En esta etapa estas organizaciones habían sustituido a los tradicionales partidos como el Conservador y el Liberal Radical.
Desaparecido el efecto de la Guerra Fría en el Ecuador y en muchos países de América Latina solo quedaron los movimientos populistas como atalayas de los nuevos tiempos. En la actualidad, incluso estos partidos o movimientos, han declinado o desaparecido por particulares causas históricas. Solo con fragmentaciones, subsiste el peronismo en Argentina.
Este desfase del ejercicio político de la democracia en América Latina se hace muy notorio y preocupante en el Ecuador para las elecciones del 2025: no hay partidos ni movimientos, no hay liderazgos que evidencien un populismo que supere a los retazos del correísmo y tampoco es notoria la tendencia a concertaciones o acuerdos de mediano plazo que logren neutralizar las hegemonías en el parlamento, que suelen atenazar a los gobiernos de turno. Lo sucedido en esta etapa electoral, con los grupos auto identificados como de izquierda es una muestra palpable de un desorden muy grave que afecta la democracia ecuatoriana y que puede ser considerado como un final del proceso que viene desde 1979. A título de ejemplo es bueno repasar lo que ha sucedido con el populismo en el Ecuador. Al respecto es necesario revisar el caso del bucaramismo como heredero del cefepismo; la decadencia al parecer irremediable del social cristianismo y las pocas expectativas del correísmo, que aunque mantiene una considerable votación carece de expectativas, salvo el retorno de su líder como única bandera de lucha y accionar político.
Las irregularidades del sistema se evidenciaron en el gobierno de Guillermo Lasso que para subsistir ante una embestida de juicios políticos al presidente y sus ministros tuvo que recurrir al sistema de la muerte cruzada y dar paso a un gobierno elegido por el pueblo para un periodo ajeno a los cuatro años de un régimen ordinario; luego, la sucesión de un gobierno parcial en cuanto al tiempo de duración, que a su vez se ha trastocado en una candidatura para la reelección inmediata.
En estas condiciones solo será posible que subsista el sistema convocando a una Asamblea Constituyente para que reorganice las principales funciones del Estado concentrando el poder público en el ejecutivo, legislativo y judicial eliminando cualquier desvío institucional que como se ha comprobado incluye fuerzas explosivas contra la democracia en el país. La suerte que ha seguido el Consejo de Participación y Control Social es un claro ejemplo de la afectación a la institucionalidad en el país.
Es necesario considerar que en el Ecuador actual no existen tendencias ideológicas ni intereses políticos hegemónicos; solo la administración de las entidades públicas, en función de intereses particulares o de grupos que se cobijan en el anonimato. En estas condiciones ni la muerte cruzada ni el juicio político serán mecanismos idóneos para superar una crisis que en cada gobierno se hace más profunda.
Centro de Estudio Sociopolítico. – ECOTEC