La agenda Republicana inmediata
Luego de la compleja contienda electoral en los Estados Unidos, es importante señalar dos temas relacionados con el futuro inmediato de esa nación y del mundo en general. El primero es analizar si el triunfo del candidato republicano responde a la tradicional tendencia de los Estados Unidos de no inmiscuirse, o al menos hacerlo de manera tangencial y puntual en los asuntos externos de otras regiones. El segundo es observar cómo se adapta el ganador y su equipo a las nuevas situaciones que, en resumen, podrían formar parte de la siguiente agenda: una transformación casi revolucionaria de la tecnología a nivel mundial, principalmente en el área de comunicación; la emergencia de nuevos países o potencias en el escenario mundial; y el crecimiento de fenómenos como el migratorio, que antes era un tema marginal o de menor importancia y que ahora es fundamental en el plan de acción de cualquier gobierno, especialmente de una potencia como los Estados Unidos.
En consecuencia, corresponde desglosar los principales capítulos de esta agenda. El nuevo gobierno estadounidense debe calcular la magnitud de una verdadera revolución tecnológica que afecta todos los aspectos sociales del mundo contemporáneo. Los “clubes exclusivos” han terminado, como sucedió, por ejemplo, durante la primera década de las armas nucleares. Asimismo, deben comprender que la presencia de nuevos actores en el escenario mundial, como la República Popular China o los países del mundo islámico, genera otros niveles de interacción y protagonismo que superan los antiguos esquemas unipolares o bipolares.
Una primera lectura de los principales indicadores de referencia de estos nuevos actores permite identificar parámetros que demandarán una atención que no puede abordarse mediante una tendencia aislacionista, característica del nuevo gobierno estadounidense por antecedentes.
Esta situación contrasta con la probable postura del nuevo gobierno, que aspira a resultados inmediatos fundamentados en su poder estratégico a nivel internacional, enfrentándose a complejos escenarios bélicos. El caso de Ucrania con Rusia, así como el conflicto en la franja de Gaza e Israel, son ejemplos de las circunstancias históricas actuales que requieren la participación directa de las grandes potencias, sin lugar para excepciones.