El día después de mañana
Es necesario recurrir al éxito de taquilla de la película que lleva el título que antecede para elucubrar sobre la situación del país el próximo lunes después de las elecciones para presidente/a de la República. Aprovechando la circunstancia de que solo hay dos opciones, es necesario aventurar pronósticos sin que el orden sea el que prevalezca en las urnas. Si el triunfo corresponde a la candidata correísta, su gestión de gobierno contará con la ventaja de una mayoría en la legislatura que se acoplará a la estrategia presidencial. Como factores en contra se encuentra un escenario donde institucionalmente, incluido una parte importante de los medios de comunicación, serán adversos basados en una supuesta militancia anticorreísta o antipopulista. En estas condiciones, la gestión de gobierno podrá concretarse en los dos ejes de la angustia popular, como son la crisis de seguridad que está llegando a extremos, cuando uno de los sectores más afectados es la Policía Nacional. El otro capítulo está relacionado con la administración de una crisis económica que extrañamente se da en un país en una coyuntura de buenos precios de sus productos en los mercados internacionales, liderados por el petróleo.
El otro candidato tiene más ventajas externas que al interior del estado. Si cuenta con la asesoría adecuada, puede aprovechar el ambiente anticorreísta que predomina en muchos círculos de la actividad privada con gran influencia sobre el sector público. Tiene la dificultad de la orfandad frente a un parlamento que mayoritariamente no es afín; sin embargo, tiene la obligación de apoyar la estabilidad política e institucional debido a la proximidad del proceso electoral del 2025.
Sobre esta situación y dada la escasa participación de partidos y nuevos líderes, pudiera ser ello lo que deje en evidencia la necesidad de una propuesta concertada para el periodo de elecciones que vendrá. Cada uno de estos, cual fuere el caso, deberá aprovechar su triunfo para una potencial reelección desde la unidad. Esto podría representar el declive de las fuerzas tradicionales y la aparición de corrientes de consenso.
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