EL CASTIGO A LOS SUFRAGANTES
En una democracia formal, la segunda vuelta es un sistema que busca depurar la voluntad de los sufragantes entre las dos mejores opciones electorales que clasificaron en la primera ronda. Sin embargo, la última experiencia en el Ecuador es negativa por varios factores.
En primer lugar, por la ausencia de figuras representativas de las tres primeras fuerzas políticas del país, como son el correísmo, el social cristianismo y el gobierno. Se han jubilado o se reservan para el 2025. Luego, por el injustificado lapso entre la primera y segunda vuelta que recuerda la intención del ala militar golpista en el retorno de la democracia cuando prolongaron el triunfo contundente de Jaime Roldós. Después, por una de las fallas más graves de la democracia ecuatoriana, que es elegir a los legisladores en la primera vuelta y crear un cautiverio para el presidente electo en la segunda. Sin duda, una burla a los sufragantes y al sistema democrático. Finalmente, si no existe una competencia política o ideológica, la campaña electoral resulta insípida como la actual, en la que ninguno de los candidatos aborda de manera concreta y didáctica temas urgentes y de actualidad.
Por eso, debe usarse el título de la obra clásica de Juan Montalvo, ‘Los capítulos que se olvidaron a Cervantes’, para definir el comportamiento de los candidatos en esta última fase del proceso. Los triunfadores de la primera lid probablemente desconozcan la magnitud de los desafíos que enfrentarán al presidir el próximo gobierno de cortos meses, pero de profundas y urgentes demandas. Es necesario preguntarles cómo es posible que no dignifiquen una sola palabra sobre esa bomba de tiempo institucional que es el Consejo de Participación Ciudadana, que debe haber sido extraído de alguna obra de Joseph Goebbels durante la Segunda Guerra Mundial.
En otro tema, aunque no digan una sola palabra sobre el espectáculo dantesco que es para el Ecuador el laberinto inmoral de la función judicial, deben considerar que es un tema libre como en los primeros años de la primaria. En el mismo orden, sería importante que opinen los candidatos a ser gobernantes sobre la Corte Constitucional, sobre todo cuando en último tiempo permitieron que las muertes cruzadas eliminen el juicio político de igual rango constitucional, que no hayan expresado su opinión sobre la modificación de la regla electoral al alterar la estructura de los binomios presidenciales o cómo aprobaron la capciosa pregunta de la última consulta popular.
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